Una niña inocente, maltratada por su padre, madre y cinco hermanos. Ella no tenía amigos, pues estos le eran prohibidos por su padre, lo único que encontró a escondidas de su familia fue a un amigo en la calle, que le introdujo la marihuana, según ella, su salvación.

La droga convirtió a Maria Virginia en un ser fuerte, con ganas de prosperar y de ser feliz. Pero esa euforia que mantenía a sus 14 años se desvanecía cuando le pasaba el efecto de la marihuana. Llegaba a su hogar, después de haber estado en el pico más alto de “bienestar” y se encontraba con seres llenos de rabia y desesperos, que la agredían física y verbalmente, sobretodo su padre, que en muchas ocasiones maltrató a su madre, dejándole heridas de gravedad.

Ella tenía todo para salir adelante, sin embargo llevaba la amargura de la pobreza y el maltrato. En medio de su dolor ella creía en una persona que supuestamente la respaldaba. Pero este joven de tan sólo 17 años se convirtió en su mayor enemigo al no dejarla consumir drogas. La asediaba, la maltrataba y la humillaba. Su novio termino siendo su peor pesadilla

Maria Virginia alias “La Gorda” como la llaman sus “parceros”, buscaba la forma de entretenerse en el colegio con los amigos que también consumían. Nada los distraía y su último recurso era vender la ropa, que en muchas ocasiones llevaban puesta, para comprar la dosis del día. Ya nada servía. Se volvió inmune a la marihuana, ¿ahora qué seguía? Encontrar algo más fuerte para solucionar sus problemas que cada vez eran más graves.

Ya no podía ni salir a la calle con su “parche” (un grupo de drogadictos del barrio de la localidad de Ciudad Bolívar) porque el asedio de su novio llevaba a peleas que terminaban sólo en tragedias. Como la tarde en que su novio le enterró un cuchillo en la espalda, porque la vio con un cacho de marihuana. Su madre angustiada ante las heridas de su hija, la llevó al hospital más cercano.

La vida de “La Gorda” transcurría muy rápido. Era como la roya; llegaba siempre un problema acompañado de otro.

Esa noche del cuchillo, cuando llegó al hospital para ser atendida, la noticia no fue la infección del cuchillo si no un embarazo inesperado de 2 meses.

Su familia le dio la espalda, pues no sólo se enteraron del embarazo si no también de su drogadicción. Maria Virginia se sentía sola. No encontraba un lugar de tranquilidad y esperanza donde su embarazo fuera sano. La única salida que encontraba en aquel momento era ser huésped en la casa de su novio, donde el maltrato y la humillación la llevaban a una depresión constante, que la hacía aborrecer su embarazo y consumir drogas.

Cuando regresó a su casa, en busca de una mano amiga que la sacara de la pesadilla de hogar donde estaba, recibió un golpe más fuerte. Su hermano, no se sabe si de la angustia o desespero de ver a su hermana en ese estado, reacciono mal y de un puño, le sacó la bebe.

“La Gorda” dio a luz a los ocho meses. Leslie nació con problemas cardiacos y de respiración, debido al consumo de droga de su madre durante su gestación. Este angelito, que había sobrepasado toda la carga de un embarazo violento, llegó al mundo enferma, débil y con pocas probabilidades de sobrevivir. A esta criatura tan inocente le toco vivir las consecuencias por la irresponsabilidad de sus padres, sobre todo de su madre.

Maria Virginia contaba con poco dinero y no tenía ningún respaldo moral, afectivo o económico. Fue el amor de madre lo que la llevó a hacer un esfuerzo con el cual pudo sacar a su hija adelante junto con la ayuda de los médicos.

Pero ella volvió a caer. La droga se había convertido en su colchón. Así pasó un año hasta que volvió a enfrentarse con la crudeza del hombre que recurría a dejarla en estado de embarazo, para mantenerla atada a él. Esta vez apunta de maltratos, el joven logró que Maria Virginia no consumiera drogas durante el embarazo.

Natalia nació sin complicaciones, sin embargo los problemas seguían llegando a la vida de “La Gorda”. El abuelo abusaba de la niña menor; dejándola con traumas sicológicos y físicos. Maria Virginia no sabía que hacer, su única salida era la droga, pero debía estar acompañando a su hija mayor en la clínica y no encontraba quién pudiera cuidar a Natalia.

Todo parecía haber llegado a la normalidad cuando lograron sacar a Leslie del hospital. Ahora, el problema no eran sus hijas si no ella. Le fue descubierta una diabetes severa que la mantiene cansada y gorda, pero el miedo de dejar sola a sus hijas le impide hacerse un tratamiento clínico.

El amor hacía su novio con quien vive se le acabo, pero ella no sabe como dejarlo porque no tienen dinero para salir adelante sola con sus hijas. Tampoco puede trabajar por su enfermedad. Así que se deja maltratar, bajo los efectos de la droga, por su pareja quien hace 1 mes le abrió la cabeza con un botellazo.

Esta es una situación que se vive a diario en nuestro país. La droga y el sexo acaban con las familias y con la moral de las personas. Todo esto lleva al maltrato físico de seres que parecen ser normales e inocentes, pero a la larga son quienes más perjudican la vida de los demás.